¿Cómo podemos gestionar la frustración?

¿Cómo podemos gestionar la frustración?

A veces dejamos a medias cualquier nueva tarea o actividad o nos rendimos ante una determinada situación que nos parece compleja y difícil de alcanzar. ¿Por qué? Seguramente compartamos la misma respuesta; porque pensamos que no somos capaces, que no lo haremos bien, que no estamos preparados… Y, por esos motivos, abandonamos nuestro propósito.

La frustración aparece cuando no logramos satisfacer nuestros deseos, por lo que nos provoca una sensación de insatisfacción o de vacío. Sin embargo, aunque nos provoque malestar, es un elemento imprescindible para la madurez.

Así, sólo cuando asumimos nuestras propias limitaciones es cuando podemos conseguir una madurez sana. Por ejemplo, una persona que viva en un mundo de fantasía en el que piense que todo es posible, no estará contemplando aquellos obstáculos inevitables y realistas. No obstante, sabemos el ser humano tenemos limitaciones y condicionantes externos e internos que no nos permiten ser sobrehumanos.

Un aspecto importante es la magnitud que tiene para nosotros nuestra propia frustración ya que, por ejemplo, si hemos tenido un problema con un amigo que nos ha engañado y nos sentimos frustrados, esto probablemente suponga un cambio de actitud en nuestra manera de ser y de relacionarnos con los demás, con los que quizás estaremos más a la defensiva.

Pero, no debemos generalizar. Una misma situación puede provocar distintas reacciones en dos personas diferentes. Así, nos protegemos ante la frustración mediante mecanismos de defensa, como por ejemplo:

–       Ansiedad: Conductas repetitivas de comerse las uñas, mostrar nuestra impaciencia,…

–       Racionalización: Buscamos razones para justificar nuestra conducta, aunque no sean verdaderas.

–       Proyección: Descargamos el sentimiento de culpa hacia los demás.

–       Evasión: Abandonamos nuestros propósitos iniciales.

–       Agresión: Verbal o física.

–       Huida y retirada: Nos retiramos ante la posibilidad de fracaso.

¿Cómo podemos gestionar nuestra frustración?

Podemos seguir los siguientes pasos para hacer frente a situaciones que nos han provocado malestar emocional debido a su imposibilidad:

–       Debemos reconocer nuestros errores: Aprender de las situaciones para no cometer los mismo errores

–       Debemos quedarnos con la parte positiva: Es importante que busquemos alternativas a la situación presentada

–       La perfección no existe: Debemos tener presente que el error forma parte de la vida, pero podemos visualizar otras salidas

Trabajar nuestra autoestima nos ayudará a sentirnos más fuertes y a gestionar la frustración. Así, si nos es difícil poder tolerar el error, la equivocación o bien los imprevistos porque nos producen una sensación de frustración, es aconsejable trabajar estos aspectos con un profesional de la salud mental para poder mejorar la calidad de vida a corto y largo plazo.