¿En qué consiste la evaluación neuropsicológica?

Según el motivo de consulta, se considera necesaria la realización de una evaluación neuropsicológica. Esta valoración tiene por objetivo determinar el estado de las capacidades mentales y el rendimiento cognitivo del paciente.

Ante todo, es necesaria la realización de una entrevista al paciente y familiares. A través de ella se obtiene información sobre la historia del paciente y variables mediadoras como la edad, nivel de funcionamiento premórbido, grado de escolaridad, situación laboral conseguida, etc. Además, nos permite conocer la descripción que hace el paciente de su situación actual, los problemas específicos y la importancia que les concede, así como el grado de autoconocimiento de las limitaciones existentes. Asimismo, se obtiene información relacionada con la conducta y personalidad previa del paciente, ya nivel social (consumo de tóxicos, control de impulsos, habilidades sociales,…).

Posteriormente, se procedería a la administración de pruebas estandarizadas. Este tipo de evaluación es de tipo cuantitativo y cualitativo, adaptado a la edad y estado general del paciente. En este punto, se realiza un estudio del rendimiento intelectual general, así como de las diferentes funciones cognitivas: la atención, la velocidad de procesamiento de la información, la capacidad de aprendizaje y memoria, las habilidades perceptivas y motoras, lenguaje y la comunicación, el razonamiento y la capacidad de solución de problemas, entre otros.

Cuando se explora a una persona con sospecha de disfunción cerebral o lesión ya confirmada hay que preocuparse también por evaluar los cambios emocionales y de personalidad, porque las alteraciones en el funcionamiento cerebral no afectan de forma exclusiva a la cognición, sino también a la capacidad de comprensión, expresión y vivencia de la experiencia emocional (ej. Labilidad emocional, sintomatología depresiva,…).

En la evaluación no podemos tener en cuenta sólo las áreas afectadas, sino que debe realizarse una valoración de todas las áreas cognitivas. De esta forma, obtenemos el perfil neurocognitivo del paciente y nos permite establecer los objetivos para una intervención posterior.

Por último, la evaluación neuropsicológica no tiene como finalidad exclusiva la identificación del déficit, sino que también nos permite identificar qué tipos de estrategias son más eficaces para su posterior rehabilitación neuropsicológica.

 

¿Cuándo es conveniente realizar una valoración neuropsicológica?

En el caso de la población adulta, se recomienda que se hagan este tipo de valoraciones si se sospecha de alguna alteración cognitiva, de año cerebral adquirido (traumatismo craneoencefálico, ictus, tumores cerebrales, anoxia, encefalitis, etc) o en personas con diferentes patologías psiquiátricas en las que exista sospecha de disfunción cerebral.

Por otra parte, también es conveniente en personas en la etapa de la vejez, cuando existe una sospecha de alteración cognitiva (pérdida de memoria, atención, desorientación,…), para poder realizar una detección lo antes posible.

Es de gran importancia la actuación de forma precoz, debido a que la rehabilitación es mucho más efectiva en etapas inicial de la enfermedad.

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